Si bien el análisis e interpretación de los
resultados es la última etapa del proceso de investigación, todas Ias
anteriores, comprendidas en el diseño, concurren hacia la realización de esta
importante operación.
Como dice Encinas (1993), los datos en sí mismos
tienen limitada importancia, es necesario "hacerlos hablar", en ello
consiste, en esencia, el análisis e interpretación de los datos.
"El propósito del análisis es resumir las
observaciones llevadas a cabo de forma tal que proporcionen respuesta a la
interrogantes de la investigación. La interpretación, más que una operación
distinta, es un aspecto especial del análisis su objetivo es "buscar un
significado más amplio a las respuestas mediante su trabazón con otros
conocimientos disponibles" (Selltiz, 1970) que permitan la definición y
clarificación de los conceptos y las relaciones entre éstos y los hechos
materia de la investigación.
La relación entre análisis e interpretación y la
forma específica que toman, tanto separada como conjuntamente, varían de un
estudio a otro”, dependiendo de los distintos esquemas o niveles de
investigación y, fundamentalmente, del diseño propuesto.
Los datos, a partir de los cuales el investigador
inicia
el análisis, son diferentes según el nivel de elaboración
realizado, el cual depende de la naturaleza del problema de investigación y,
consecuentemente, del tipo de investigación; también de las técnicas y
procedimientos seguidos en la elaboración.
De acuerdo a estas consideraciones, los datos que
se utilizan en el análisis pueden ser:
Datos
cuantificados
Datos
no cuantificados
Datos
no estructurados.
Algunos
tipos de estudios, por su naturaleza, aportan datos elaborados, es decir,
cuantificados. El tratamiento estadístico de los datos permite un análisis
adecuado que puede tener diversos alcances, los cuales dependen de los
objetivos de la investigación y de las hipótesis formuladas.
Según Selltiz (1970), al análisis puede estar
orientado a:
Determinar lo
que es típico en el grupo estudiado. (Se utiliza algunas de las medidas de tendencia central, según el caso). S Indicar si
existen variaciones entre los sujetos del grupo, señalando de qué tipo y
magnitud son. (Se utiliza alguna de las medidas de variabilidad; cada una
proporciona datos sobre un aspecto diferente).
Mostrar la forma
cómo están distribuidos los individuos con respecto a la variable que se mide. (Se utiliza el desarrollo de una curva de
distribución). Mostrar la relación existente entre dos o más variables. (Se
aplica el coeficiente de variabilidad).
Describir las
diferencias existentes comparando dos grupos de individuos.
No todos los aspectos del material recogido
pueden ser categorizados y, consecuentemente, cuantificados, debidos, en
algunos casos, a la falta de precisión en la definición de las categorías, lo
que dificulta el análisis de los resultados. Por este motivo, se recomienda
considerar que cada categoría propuesta comprenda un amplio margen de criterios
para las respuestas.
De todos modos, los datos sin elaborar,
"pueden ser utilizados en el análisis e interpretación sin tener en cuenta
si han sido o no cuantificados en todos los aspectos", pues cumplen una
función importante:
Ayudan a
entender el significado de las categorías;
Aclaran la naturaleza de las relaciones entre las
variables determinadas estadísticamente; y permiten orientar al investigador a formular
nuevas hipótesis para futuras investigaciones.
El material no estructurado es el que proviene,
por ejemplo, de observaciones o entrevistas no estructuradas, en las cuales se
recoge mucho material, a veces valiosa, pero sin ninguna pauta que permita
alguna forma de organización y menos de clasificación.
En algunos casos, los estudios de nivel
exploratorio, que no se inician con hipótesis, cubren aspectos diversos, los
cuales conducen al acopio de datos en cantidad excesiva y no estructurado.
El problema que plantea este tipo de datos es
doble: primero porque se necesita determinar qué aspectos del material
requieren ser categorizados, y segundo, saber qué principios de clasificación
pueden utilizarse.
Selltiz (1970) propone, como soluciones al
problema expuesto, elaborar, en primer término, hipótesis de trabajo que
permitan establecer principios de clasificación y, en segundo lugar, utilizar
algunos procedimientos que puedan ayudar en el análisis, tales como:
Estudiar el material correspondiente a un grupo
que contrasta con el que se está investigando, con el objeto de obtener
elementos que sugieran ideas sobre las diferencias significativas entre ambos
grupos, respecto de la característica que se analiza.
Otro procedimiento consiste en formar grupos con
lo casos motivo de estudio sobre características comunes; después se analizan
para ver si aquellos que tienen características semejantes han pasado por
experiencias parecidas.
También, pueden
formarse grupos sobre la base de aquellos que han tenido experiencias similares,
y ver en qué medida, son semejantes respecto de las características comunes que
presentan.